La cirugía robótica se ha convertido en una herramienta fundamental en el tratamiento del cáncer de próstata, riñón y reconstrucción urinaria. Es una técnica de mínima invasión que permite realizar procedimientos quirúrgicos de alta complejidad con una precisión y seguridad nunca antes vista.

La cirugía robótica se lleva a cabo mediante un robot quirúrgico, controlado por el cirujano a través de una consola. El robot cuenta con varios brazos que sostienen los instrumentos quirúrgicos y una cámara de alta definición que permite al cirujano visualizar el área a tratar con una precisión milimétrica.

En el caso del cáncer de próstata, la cirugía robótica permite extirpar el órgano sin dañar los nervios y músculos cercanos, lo que se traduce en una menor tasa de incontinencia y disfunción eréctil después de la cirugía. Además, la recuperación es más rápida y con menos dolor.

En la cirugía robótica también se utiliza el Láser Holmium (HoLEP) para tratar el crecimiento benigno de la próstata. Es una técnica menos invasiva que la cirugía abierta y con mejores resultados a largo plazo.